Vamos a respirar naturaleza.
Salimos del Bar de Videmala, dejando a nuestra derecha la Iglesia, en dirección a la Carretera de Cerezal. Apenas 400 metros ya estamos en plena naturaleza. Como es una ruta, inicialmente descendente, enseguida divisamos un extenso paraje, lleno de color y más, si nos encontramos en los meses de abril, mayo e incluso junio, de gran colorido, donde predominan el verde, el amarillo y el blanco.
Levantar la vista un poco y ver ese colorido de las escobas, tan abundantes en estos parajes, salpicadas de esas otras compañeras inseparables vestidas de blanco, como son las jaras, nos conduce a un anonadamiento, que requiere unos minutos para adaptarse al colorido. Si aprovechamos para coger una ramita de tomillo romarino y juntamos la vista y el olfato, ya se nos olvidan todos los males.
Unos pocos metros mas adelante, sale un camino a la izquierda, que será por el que regresaremos después. Seguiremos unos 400 metros por la carretera, hasta el siguiente Seguimos unos 400 metros por la carretera, hasta el próximo camino, que sale igualmente a la izquierda, es el camino de los Castrigones. Por aquí, hay unas pocas tierras cultivadas, que algunos años nos ofrecen ese color verde claro, que ofrecen las cebadas, para acompañar esta belleza natural.
Continuamos nuestro camino, por un suave descenso, como un kilómetro aproximadamente, hasta salir a un paraje de abundante y escarpada pizarra. Antes de salir, a nuestra derecha podemos ver, e incluso acercarnos, al Picón de la Brejera un promontorio de pizarra, donde pueden hacerse unas buenas fotos. Existe una pequeña pradera y la bajada al molino del Cura, ya en rio Malo.
Una vez que salimos a los Pizarros, podemos encontrar un buen mirador, con bonitas vistas a su alrededor. A nuestra derecha alcanzamos a ver la vista del puente y hasta el paraje de los Campillos, al otro lado del rio Malo.
En la siguiente vista, tomada desde ese punto de los Pizarros, una hermosa foto, centrada en las curvas del rio, igualmente hacia los Campillos.
Aquí podemos ver el colorido que dan las plantas autóctonas, propias de la zona: Piornos y Carquesas. Tanto unos como las otras requieren de poca agua para sobrevivir. Si no sabéis como son los piornos, no os preocupéis, enseguida los conoceréis, sobre todos si os salís un poco del sendero y no se vuelve a olvidar
Seguimos bajando lentamente, pues el sendero no es muy bueno, pero la naturaleza nos compensa. Esta siguiente toma, corresponde a aguas abajo del rio Malo, donde ya veis que la pizarra abunda. Desde las tomas anteriores ya veis que el rio baja encajonado, hasta verter sus aguas al rio Esla, ya en el pueblo de Villaflor.
Esta otra toma, situada bajo nuestros pies, nos sitúa unos metros más arriba del lugar conocido como Arroyo Lugar, que recoge las aguas del vecino pueblo de Cerezal.
Aquí, el amigo Falcón, nos presenta una fotografía del Arroyo Lugar. Para situarnos, el alto de la derecha es conocido como Alto de Cerezal, unos metros a la derecha es por donde sube la carretera. Justamente allí detrás ya está el pueblo.